Para comprender cómo se lleva a cabo el bullying o acoso escolar, es fundamental identificar claramente los roles que intervienen: el acosador o agresor y la víctima. Para ello, es necesario conocer las características principales de cada uno, ya que esto nos permite entender su comportamiento y detectar señales que faciliten una intervención oportuna.
Características del agresor o acosador:
a) Necesidad de control y poder: el agresor busca dominar a sus compañeros para sentirse superior o ganar estatus social.
b) Baja empatía: le cuesta ponerse en el lugar de los demás o comprender el daño que causa con sus acciones.
c) Impulsividad y baja tolerancia a la frustración: tiende a reaccionar de forma agresivo ante situaciones que no controla.
d) Uso repetido de la violencia: recurrir constantemente a la agresión física, verbal, emocional o social para intimidar.
e) Desequilibrio de poder: aprovecha una ventaja física, psicológica o social sobre su víctima.
f) Falta de habilidades sociales positivas: puede tener dificultades para resolver conflictos de forma pacífica o para relacionarse sin recurrir al maltrato.
g) Búsqueda de reconocimiento: en muchos casos, actúa frente a otros compañeros para ganar atención, aprobación o respeto.
h) Entorno familiar conflictivo o permisivo: frecuentemente, el agresor reproduce conductas violentas aprendidas en casa o no recibe límites adecuados por parte de sus cuidadores.
Características de la víctima:
a) Baja autoestima: suelen tener una imagen negativa de sí mismos y poca confianza para defenderse.
b) Inseguridad o timidez: presentan dificultades para socializar o expresar lo que sienten, lo que los hace blanco fácil del agresor.
c) Pocas habilidades sociales: tienen problemas para integrarse en grupos o establecer relaciones con sus compañeros.
d) Aspecto físico o comportamiento diferente: pueden destacar por alguna característica física, cultural, social o de comportamiento que los hace "distintos" ante el grupo.
e) Aislamiento social: a menudo tienen pocos amigos o apoyo dentro del entorno escolar.
f) Sensibilidad emocional: reaccionan con llanto, miedo o ansiedad frente a la agresión, lo cual puede reforzar el comportamiento del acosador.
g) Evitan la confrontación: prefieren no defenderse o no contar lo que ocurre por miedo, vergüenza o desconfianza.
h) Bajo rendimiento académico: en muchos casos, el sufrimiento por el acoso afecta su concentración, participación y desempeño escolar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario